Vivir en el aquí y en el ahora

Vivir en el aquí y en el ahora es una premisa que cobra una relevancia inquebrantable cuando nos enfrentamos a situaciones que nos sacuden hasta lo más profundo. En ocasiones, es necesario un recordatorio contundente de la fragilidad de la vida para que podamos apreciar verdaderamente cada momento que se nos regala, porque estamos aquí de paso…

La experiencia cercana de un ser querido enfrentando una situación de salud grave, puede servir como catalizador para reflexionar sobre la importancia de estar plenamente presentes en nuestras vidas.

Cuando nos sumergimos en las preocupaciones del pasado o en la ansiedad por el futuro, perdemos de vista el poder transformador del momento presente. Sin embargo, eventos como la enfermedad repentina de un ser querido nos obligan a enfrentar la realidad de manera cruda y directa. En esos momentos críticos, el tiempo se convierte en un recurso valioso y limitado, y cada instante se vuelve una marea entre la visión de un final deseado o un cierre dramático para el que no estamos preparados en ningún caso.

La atención plena, la práctica de vivir en el aquí y en el ahora, nos invita a sumergirnos completamente en la experiencia presente, sin dejar que los remordimientos del pasado o las preocupaciones del futuro eclipsen nuestra percepción del momento.

Cuando estamos verdaderamente presentes, podemos apreciar la belleza de las pequeñas cosas: una conversación con un ser querido, el calor del sol en nuestra piel, la lectura de un buen libro, el abrazo cálido que nos llena de esperanza en la vida y sus bondades.

La vivencia de la incertidumbre nos recuerda la fragilidad de la existencia y la importancia de aprovechar cada momento como si fuera el último. Nos impulsa a dejar de postergar nuestros sueños y deseos, a expresar nuestro amor y gratitud hacia quienes nos rodean y a encontrar significado y propósito en cada día que se nos regala, a proteger fuertemente nuestros sueños para seguir forjando una realidad día a día.

Vivir en el aquí y en el ahora no es una frase de psicología positiva, un slogan publicitario, sino un recordatorio poderoso de la importancia de abrazar plenamente la vida en todo su esplendor y su complejidad. Los momentos de crisis nos enseñan a valorar lo que realmente es importante, y a no dar por sentado el tiempo que se nos concede, las oportunidades de hacernos la vida más bella y mejor los unos a los otros. Un tiempo que no es de descuento, sino tiempo a vivir con consciencia plena.

Al integrar esta premisa como una parte fundamental de nuestra existencia, podemos descubrir paz, alegría y satisfacción en cada paso del camino, aprendiendo a dejar de lado lo que no forma parte del presente tal y como se presenta. En lugar de resistirlo, aprendemos a disfrutarlo y aceptarlo como una señal de gratitud, aunque reconozcamos que este proceso no siempre es fácil.

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